Lo que más me ha costado en la vida ha sido entrenarme para mi primera romería.
Me llevé todo el verano montando a todo el sol y sin descansar.
Pero al final me alegro mucho porque a la romería mi caballo se portó muy mal, lo tuve que sostener y seguir para adelante. Fue mi primera y la más espantosa romería de mi vida.
Ahora llevo otro caballo que lo tubo mi padre desde potro A este lo puedo sostener ya que se todas sus jugadas.
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